

Nacido en la Ciudad de México en 1954, Luis Mandoki siempre supo que su futuro era el arte, pero no fue hasta que vio Gritos y susurros de Ingmar Bergman que el camino a seguir se dibujó claro y determinado. Estudió en el San Francisco Art Institute y en la London International Film School, donde escribió y dirigió su primer corto, titulado Silent Music, que ganó el premio al Mejor Corto en el Festival de Cine Amateur en Cannes en 1976. A su regreso a México trabajó en películas y cortometrajes, y en 1980 recibió un Ariel por su mediometraje El secreto, lo que lo llevó a dirigir su primera película, Motel, con la que participó en los festivales de San Sebastián y Biarritz.
Su tenacidad y perseverancia desembocaron en la realización de su proyecto acariciado durante más de ocho años, para el que consiguió conjuntar a un grupo de artistas muy destacados a nivel internacional (Liv Ullmann, Norma Aleandro, Robert Loggia y Lajos Koltai como cinefotógrafo), y así, en 1987, Gaby: Una historia verdadera, después de varias nominaciones a los Globos de Oro y a los premios Oscar®, le abrió las puertas de Hollywood, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera.
Su primera cinta dirigida en esta etapa fue White Palace (1990), con Susan Sarandon y James Spader. Le siguieron Born Yesterday (1991), con Melanie Griffith y John Goodman; When a Man Loves a Woman (1994), con Meg Ryan y Andy García; Message in a Bottle (1999), con Kevin Costner, Robin Wright-Penn y Paul Newman; Angel Eyes (2000), con Jennifer Lopez y James Caveziel; y Trapped (2001), con Charlize Theron, Kevin Bacon y Dakota Fanning.
Cuando leyó el primer esbozo del guión de Voces inocentes decidió que era tiempo de volver a México. Con esa película obtuvo el Oso de Cristal en el Festival de Berlín de 2004, el premio a Mejor Película en el Festival de Seattle y el Stanley Kramer Award del Producers Guild of America. En 2011 dirigió el largometraje La vida precoz y breve de Sabina Rivas, producida por Abraham Zabludovsky. Actualmente hay varios proyectos en desarrollo sobre su escritorio, tanto a nivel nacional como internacional.